¿Imagináis que a Miguel de Cervantes le tuviésemos que explicar qué es un Coworking? ¿O tener que explicarle qué es un bolígrafo, o que su libro es mundialmente conocido y un emblema del castellano?
Tendríamos que explicarle que actualmente cada 23 de Abril se entrega un premio con su nombre, explicarle que su casa es un museo, explicarle que su ciudad es Patrimonio de la Humanidad, aunque, quizás esto último si lo sepa, ya que él mismo vigila la plaza por dónde tanto paseaba, el sabe todo lo que sucede por allí.
Aunque para Cervantes no todo fueron buenos ratos y victorias ya que su máximo rival, Lope de Vega trató de la mano de su supesto amigo Alfonso Fernandez de Avellaneda, burlarse de su gran obra con «El quijote de Avellaneda». En la época no era muy extraño que algunos artistas se llevasen mal, ¿quien no recuerda la famosa oda que Quevedo le dedió a Góngora?
Érase un coworker a un ordenador pegado
Érase una creatividad superlativa
Érase una cabeza ejecutiva
Érase un jóven motivado
Érase un reloj siempre adelantado
Érase una mente pensativa
Érase una amistad cooperativa
Éra un trabajo facturado
Así es como os hablamos de Alcalá de Henares, «C» de Cervantes y «C» de Coworking. Cervantes fue pionero y triunfador en esta ciudad de poetas y universitarios, de entrevistas coloniales, de niños santos y de presidentes republicanos. En ésta ciudad dónde muchos sueños se han cumplido, el nuestro ya está en marcha y tiene muy buena pinta.